jueves, 5 de abril de 2012

LONDRES



Apenas dos meses después de mi visita a la capital francesa puse rumbo a la capital británica. Fui con mi hermano, mi cuñada y algunos parientes suyos entre otros... El viaje lo hice del 8 al 11 de noviembre de 2011. Algo menos de 3 días en una de las ciudades más importantes del mundo.

La salida fue del aeropuerto aeropuerto Francisco Sá Carneiro de Oporto con llegada a Stansted a las 11:40 (106,80 € total ida y vuelta). El avión fue superpuntual y de hecho al llegar sonó por los los altavoces del aparato algo así como el "séptimo de caballería", creo que en señal de que el avión aterrizó incluso antes de la hora prevista. Tras pasar por el control un furgón-taxi nos esperaba para llevarnos a nuestros hoteles. Lo único que puede pensar tras más de una hora viendo edificios es que Londres es GIGANTESCO. Una ciudad inmensa. La primera noche la tuve que dormir en un hotel a menos de 400 metros del Comwell Crown que era donde se alojaba el grupo pues no conseguí habitación allí hasta el día siguiente. Ambos hoteles quedaban muy cerca del Hyde Park.

- El día de nuestra llegada nos fuimos al mercadillo de Portobello en Notting Hill. Un mercado callejero de antigüedades. Luego nos dirigimos a la zona de Picadilly, que tiene un gran ambiente y con grandes letreros luminosos al estilo de Times Square.
Uno de los lugares que nos entretuvo fue la tienda de Hamleys Toy, una de las jugueterías más famosas y grandes del mundo. 
Después de cenar algo por esa zona nos dirigimos a Covent Garden (y su popular Mercado) y luego ya regresamos al hotel.



Toys


- El segundo día nos dirigimos a la estación de Westminster... justo a los pies del Big Ben. Allí nos recreamos haciendo fotos tanto al famoso reloj como al resto de la sede del parlamento británico y al London Eye (la famosa noria de Londres). Después de las fotos de rigor nos dirigimos a la Abadía de Westminster que a mi me recordó un poco a la Catedral de Notre Dame de París... por las dos torres digo. Vimos el Palacio de Buckingham, St. James... ¡y a Camilla Parker que llegaba en coche!. Fotos de rigor con el soldado que vigilaba la entrada a la residencia del príncipe, no importa que os pongáis a su lado pero ¡no le toquéis!. Avisados quedáis :)  Por cierto, hay muchos de estos soldados patrullando con su inigualable estilo diversos edificios importantes.

Buckingham Palace
El Parlamento
London Eye
Big Ben


Más tarde nos dirigimos a la Torre de Londres, una de las principales atracciones turísticas de la capital inglesa. Es un complejo compuesto por una fortaleza, un palacio, mazmorras, capillas, museos... las Joyas de la Corona. Te echas un buen rato visitando la Torre de Londres pero a mi lo que más me gustó es el cercano Bridge Tower (Puente de la Torre) el cuál cruzamos andando e incluso tuvimos la oportunidad de ver como se abría para que pasara un barco. Precioso el puente. Terminamos cenando en la zona de Earl's Court antes de regresar al hotel que nos quedaba cerca. Volvimos caminando.

30 St Mary Axe (Swiss Re)


Bridge Tower... me encanta

- El día 10 de noviembre, segundo día completo, visitamos el Palacio de Kesington donde vivió la princesa Diana y allí pudimos ver vestidos suyos, habitaciones de los antiguos reyes, etc... también disfrutamos de un paseo por el impresionante Hyde Park.
El siguiente punto del día fue Oxford Street, una de las calles más populosas de la ciudad, llena de grandes almacenes. 
Después de comer nos dirigimos al Museo Británico. Uno de los mejores del mundo: arqueología, historia, arte... muy recomendable.
Terminamos el día en los impresionantes almacenes Harrods. Son como El Corte Inglés pero más grandes. Mucho más grandes. Pero mucho mucho. Me decía mi hermano "vete a mirar donde se han metido esas"... me metí en una sala y adiós muy buenas hasta más de media hora después. Cada sala tiene varias salidas que dan a otras salas, todas enormes... uf. Para perderse. En los almacenes pudimos contemplar una especie de "memorian" en honor de Lady Di y Dody Al-Fayed (el hijo del dueño de los Harrods).


Harrods iluminado


- El último día en Londres no nos íbamos hasta las 18:30 así que aprovechamos para visitar los museos de Historia Natural y de Ciencias que están pegados y cercanos al hotel donde nos alojábamos. 


Me llamó la atención:

- Nadie fumaba dentro de los bares ni restaurantes... es algo que me sorprendió mucho. Un par de años más tarde llegó la (bendita) Ley Antitabaco a España.
- Los cochazos que se veían... y que muchos eran descapotables pese al frío y a la lluvia que hacía.
- La gente tomando algo en las terrazas...¡lloviendo! (por cierto, nos llovió practicamente los tres días).
- Muchas Converse All Star... nada apropiadas para la lluvia creo.
- Londres no parece una gran ciudad en el tema de arquitectura. Es verdad que hay algunos rascacielos en la zona de negocios y que están construyendo más. Pero los barrios tienen muchísimas construcciones de apenas un par de alturas, incluso en el centro.
- La extensión de la ciudad es para flipar. Muy pero que muy grande. 
- En Londres en Noviembre anochece pronto... pero prontísimo ¡eh!. Vale que es Noviembre pero es que a las 3 de la tarde empieza a anochecer y a las 4 es como aquí a las 00:00.


Lo que más me gustó:

- La zona pegada al río Támesis y el própio Río (ays Madrid ¡quien te diera un Manzanares como el Támesis!). Creo que es la parte más moderna de la ciudad.
- El Bridge Tower. Un puente precioso. De noche, iluminado, aún más.
- El Parlamento Británico con su Big Ben. Incomparable.
- Los parques. Grandes y bien cuidados.
- Harrods... para perderse. Literalmente.
- Los museos. Fantásticos, tanto las colecciones (¡cuánto robaron estos ingleses!... sin ofender) como por los edificios en si. Como español, comparo el museo de ciencias de Londres con el de Madrid y me deprimo. Hablo del edifico en si ¡eh!. Nadie puede discutir la grandísima colección de nuestro Museo Nacional de Ciencias.
- Faltaba un mes para navidad pero la iluminación ya cubría las principales zonas. Muy bonito.
- El Metro. Viejo, sucio... pero es intuitivo, rápido ¡y  llega a todas partes!

Lo que no me gustó:

- La suciedad. En las zonas más "turísticas" quizás no se notaba tanto pero en "nuestro" barrio había basura a todas horas del día. No tienen servicio de recogida diaria nocturna como en España. Pasan cuando les cuadra o que se yo. Durante los 3 días de nuestra estancia pudimos ver la misma basura a las puertas de nuestro hotel. Otro ejemplo de la suciedad que me transmitió Londres es que había hojas de los árboles "insertadas" en la carretera. Como si hubiesen caído, nadie las hubiese barrido nunca y allí quedaron "fosilizadas". Adjunto una foto que lo demuestra.

¿No hay barrenderos en Londres?
- La ausencia de papeleras... un punto que tiene un poco que ver con el anterior. Dicen que las quitaron por el miedo a que un terrorista pueda usarlas para dejar en ellas una bomba... vale, me parece muy bien pero ¿qué hago con la botella de agua cuando la acabo? ¿y con el cleenex? ¿y con el chicle?. Las únicas papeleras que vi fueron en los parques. En el resto de la ciudad ¡ni una!. Inaudito.
- Los hoteles son horribles. Vale que fuimos a lo barato y eran 2 estrellas pero vamos, en España los dos estrellas son otra cosa. Aquello no merece el título de "hotel".
- El tráfico es caótico. Cierto que esto es común a todas las grandes ciudades pero es que en Londres se ve agravado aún más porque apenas hay grandes avenidas (yo al menos apenas la vi) y esos famosos buses de 2 plantas que quedan muy bien de cara al turismo pero que se ven a patadas y ralentizan mucho la marcha.



Conclusión:

Londres es una de las ciudades más grandes, pobladas e importantes de Europa y de todo el mundo. Viajar a ella desde España es barato aunque allí podemos gastar lo que queramos. Londres porque es una ciudad con muchos atractivos, muy bonita para visitar... y practicar el inglés. Recomiendo eso si, que no vayáis a hoteles de 2 estrellas, estas me fueron suficientes en París pero en Londres no. Peores los hoteles de la capital inglesa que el de París sin duda. En mi opinión las virtudes de la ciudad pesan sobre sus defectos, sin duda Londres merece la pena.